31/1/10

Encantarla y suavizarla

Encantada, suavizada, rendida ante la batalla, mirando el foco sobre ella; ese foco candente que quería explotar, explotar y morir. aún se sentía el aroma de la entrega. Minutos antes por su mente pasaban las palabras insinuantes y seductoras: Pero qué más daba. A ella le gustó y le gustaba saber que él podía más. Cómo resistir, si por su piel penetraba ese olor que se mezclaba en su sangre. Era química, era la cosa más extraña y estrepitante que sus latidos podían permitir. Al principio se resistió…como debería ser: “lo fácil aburre”. Aun así, siempre terminaba como el rio que fluye; dejándose llevar al lugar misterioso, al cielo descubierto para ser libres, para volar por doquier, por donde el espacio lo permita. Sus ojos parpadeaban, no sabía si estaba despierta o viviendo un sueño… o tal vez, solo inerte. "Esto ya lo hice antes” se dijo.”…Pero él es lindo”. A fin de cuentas, el resultado fue… en cantarla y suavizarla. Hacer que sus oídos vibren en el silencio perturbable de sus sentidos. Hacer que retuerzan sus venas y que se liberen esparcidas sobre la piel. Que los ecos sean filarmónicos; que un suspiro sea de afuera para adentro. Entonces, sin el tiempo en su mente, comenzó a liberarse de lo que le estorbaba. Mientras él la miraba y desnudaba con su encanto y suavidad. Todo ya era un canto… un canto creado, era un soplo que desprendía el tintineo seductor. Eran más que caricias, era llevar el alma al pasando. Nuevamente lo había logrado. La soledad de los dos y la pasión abrazada.Él por saber hablar y ella por ser mujer.

5/1/10

Sin azul

Los sueños son como luces
que iluminan el presente…
luces intermitentes
que se acercan y desaparecen.

Las mañanas son como la punta del lápiz
esperando rozar un papel
Para despertar nuevas ideas
o dejarlas en blanco, tal vez…

Los caminos parecen árboles
que envejecen en su tronco duro.
Dejando caer hojas en otoño…
Y arrugando la piel sin lozanía.

Las casas comienzan a perderse…
Parecen, por el tiempo, ya marchitas.
Las casas con las cosas desaparecen,
merman con los sueños… de un buen día.

Los dedos dejan de sentir
El aire fresco o caliente.
Dejan de pedir
De tocar y de vivir.

Las fuerzas desvanecen,
Como un día a punto de caer
Tal como el sol que da el invierno
Que aparece y no vuelve a aparecer.

El azul pierde su vigor
La frescura; el brío encantador.
Pierde lo que encontró…
el sueño que un día lo despertó.